domingo, 23 de febrero de 2014

Circus

Oxford Circus es así, bullicioso. 

No importa ni la hora ni el clima. Un cúmulo de gente rodea constantemente las cuatro bocas de metro. Gente que cruza la vía en diagonal, en perpendicular, cuando el semáforo está en rojo. Personas que corren, que sacan fotografías sin despegar el ojo de la cámara, que esperan, se abrazan, se besan. Flujos anónimos que se tropiezan con los hombros. Y en las conversaciones mezcladas, se entrecruza el tráfico de autobuses rojos y taxis oscuros. 

Y el cielo es siempre gris. Ese gris tan suyo, tan pálido, tan John Nash. 


BB.

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